Esta escultura 3D reinventa la presencia del Pekinés con una mirada íntima y contemporánea. Las proporciones compactas acallan la exuberancia del pelaje por una silueta minimalista que celebra la esencia de la raza: nobleza serena y curiosidad contenida. El acabado mate contrasta con pequeños destellos en las orejas y el hocico, creando puntos de interés sin distraer la composición. La técnica de modelado sugiere una superficie vivamente texturizada, evocando pelaje corto y piel suave. Aunque la pieza es estática, transmite un diálogo silencioso entre estabilidad y ánimo explorador, perfecta para ambientes modernos y galerías intimateas.